¿Quién es ella? Mi teoría:

Esta es la Gioconda más o menos como yo creo que se debe haber visto cuando fue pintada por da Vinci, a sus 50 años de edad, antes de los siglos de mal trato, innumerables capas de barnices, y crueles restauraciones, que la muestran como la conocemos hoy.
Es la única pintura que acompañó al artista hasta su muerte.
Una restauración de La Gioconda se ve muy poco probable, tras una polémica suscitada en 2011 por la limpieza de otra de sus obras en el Louvre, La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana, que al recuperar sus colores quedó demasiado “viva” para algunos especialistas.
Siempre me ha apasionado e intrigado Leonardo. En especial por su profunda sensibilidad y su capacidad de percepción. Con ojos capaces de captar los más insólitos, los más tenues, detalles de la vida.
La modelo, su mirada y su sonrisa resultan en uno de los misterios más notables de la Historia del Arte.
Leonardo fue hijo de Piero, un joven noble italiano, y una campesina de 15 años, Caterina. Nació un 15 de abril y el niño fue entregado al abuelo paterno, aunque luego del matrimonio de Piero, fue tratado como un hijo legítimo por su padre y su esposa.
Aunque hay una versión que dice que Leonardo fue criado por Caterina hasta el matrimonio de Piero, es muy poco probable que él , un niño solitario, la recordara años después, pero si es muy probable que recordara esa joven mujer con la que se debió haber enfrentado innumerables veces en Vinci, durante su infancia y adolescencia –en el mercado, en la plaza, en la Iglesia–, que desde la distancia lo admiraba con esa mirada y esa sonrisa: su madre.
Es el retrato de la mujer que, en su infancia, lo adoraba de lejos.
Si no recuerdo mal, Leonardo escribió en alguno de sus apuntes antes de sus 50 años: “Vino Caterina”, y hay una nota un año después sobre que él pagó su funeral. Al poco tiempo, comienza a pintar la Gioconda.
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